Después de meses de restricciones, ahora es el mejor momento para estar en contacto con la naturaleza y para disfrutar del espectacular entorno que nos rodea. Es por ello, que hoy os queremos recomendar visitar la Cala de Francesc, conocida también con el nombre de Cala Bona.
Es una playa rodeada de pinos, ideal para familias por sus dimensiones y facilidades de acceso. Se puede llegar tanto desde el Jardín Botánico Marimurtra como por Sant Joan.
Esta pequeña playa está situada a algo más de un quilómetro del núcleo urbano de Blanes, ante una tranquila y arbolada zona residencial. Tiene una longitud de 170 metros y está formada por arena de grano grueso. Debéis tener en cuenta, que la pendiente de entrada al mar es bastante pronunciada y el fondo marino es de arena, exceptuando una roca que hay en la orilla, en la parte derecha de la playa.
A ambos lados, las rocas protegen la cala, ofreciendo a los bañistas la posibilidad de darse un baño en busca de peces y otras especies marinas. A la izquierda de la playa se extiende una zona rocosa muy adecuada para la práctica de buceo y para la pesca con caña.
La Cala de San Francesc, es una de las tres playas de Blanes que luce desde el año 1995, la Bandera Azul. Este distintivo certifica la excelente calidad medioambiental de la playa, tanto lo que respecta a la arena, la calidad del agua y a los servicios que se ofrecen.
Para optar a este prestigiado premio, se deben cumplir y mantener una serie de estrictos criterios ambientales, educativos y relacionados con la seguridad, accesorios y servicios.
Cumpliendo con esta serie de requisitos, la Cala de San Francesc o Cala Bona, dispone de duchas, acceso para minusválidos, servicio de vigilancia y socorrismo, una pequeña zona de aparcamiento, chiringuito y alquiler de tumbonas, sombrillas, kayaks y patines de pedal.
Sin lugar a duda, es un lugar ideal para captar la auténtica esencia de la Costa Brava y para ser descubierto durante los calurosos meses de verano.